sábado, 21 de febrero de 2015

Crean una proteína artificial que protege del virus del sida.

Un equipo de científicos de The Scripps Research Institute de Florida (EE.UU.), ha demostrado que una proteína fabricada en laboratorio puede proteger al organismo del VIH de forma completamente eficaz. 


En el experimento, realizado con cuatro monos, los científicos imitaron de forma artificial un anticuerpo de nuestro sistema inmune y lo introdujeron en los monos mediante un virus inocuo (no dañino) que portaba la proteína, así descubriendo que a pesar de inyectar grandes dosis del virus del sida, los monos seguían siendo inmunes a los efectos del virus. No habían sido contagiados, ya que la proteína artificial era capaz de proteger el sistema inmune mucho mejor que un anticuerpo natural, defendiendo al organismo del VIH.

Proteínas artificiales.
En las últimas investigaciones se ha observado cómo el VIH infecta a las células, lo que ha permitido el positivo efecto de la proteína artificial. El mecanismo de la proteína es como el del caballo de Troya: sorprende y neutraliza por completo el avance del virus ya que lo engaña haciéndole creer que es un glóbulo blanco. El virus queda totalmente neutralizado al no poder infectar, ya que se trata de un pseudo-leucocito y no uno natural.

Esta es la culminación de más de una década de trabajo en bioquímica sobre cómo el VIH entra en las células. Cuando arrancamos nuestro trabajo original, la gente pensaba que era interesante, pero nadie vio el potencial terapéutico. Ese potencial está empezando a hacerse realidad”, explica Michael Farzan, líder del estudio.

Opinión personal: creo que este hallazgo científico es uno de los más importantes en la lucha contra el VIH, que sufren más de 35 millones de personas en todo el mundo, porque es evidente la eficacia de esta proteína, pero solo se han hecho experimentos en monos, por lo que todavía queda bastante investigación porque hay que experimentar con la proteína en personas,de lo cual espero y estoy muy convencido de que saldrá muy bien.


Autor: Miguel Casas.

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